CHANQUETES
Hoy quiero hacerle caso a Brudi, y voy a poner algo divertido.
Érase que se era, un ama de casa que se mudo a Málaga a vivir, después de haber vivido en Madrid.
La pobre, llego a un lugar totalmente diferente de todo lo que ella había vivido, lenguaje…comida, ¡sobre todo comida! Sabia, que en esta ciudad, el pescado tenia fama, sus “espetos” de sardinas ¡están de muerte! Pero lo mas famoso sus chanquetes, un bocado exquisito, lo malo era que nunca los había visto ella (bueno yo) así que se levanto temprano y se marcho al mercado de Huelín, el mejor para comprar pescado, y decidida se acerco al puesto donde vendían los famosos chanquetes. El pescadero le pregunto, ¡señora! ¿Qué le pongo?... y ella decidida le contesto, quiero un kilo de chanquetes, el pobre pescadero asombrado le dijo, ¡señora un quilo son muchos chanquetes! Ella insistió ¡no! ¡Somos 4 en casa! y comemos mucho.
Así que se marcho con su kilo de esos “pequeñines”…Llego a casa y lo preparo todo para la comida, (lentejas y chanquetes).
Puso su sartén, echo su aceite y….. a freír el pescado, ¡pobre amita! No sabia como se freían, ella pensó que se hacia como los demás pescados, pero al echarlos a la sartén, aquello empezó a subir como la espuma, y la pobre no daba abasto a coger todo lo que se caía en la cocina, ¡¡que desastre!! Por la ventana de la cocina, llamo a su vecina, (Malagueña)…y la carcajada que soltó, ¡todavía resuena en sus oídos!
Resulta que, había que echarlos en pequeños puñaditos, pues crecen una barbaridad, ¡¡no quiero deciros que “pecha” de chanquetes, los comieron fritos… en tortilla…en emblanco… y el resto…a la basura.
Esta es la historia de una pobre ama de casa llamada Esperanza.
