DIA DE BODA
Hoy, la veleta varada de nuevo cambió su rumbo, para volver de nuevo a su tierra querida, ¡Extremadura!
Es una visita muy especial, pues teníamos que asistir a una boda, ¡no a una cualquiera! Era la boda de mi sobrino Pablo, hijo de mi hermana la última que murió. Por eso nos reunimos toda la familia, (como mi hermana hubiese deseado) Debo confesar, ¡que fue un día agridulce! Pues dentro de la felicidad que da un nuevo matrimonio, estaba la tristeza de la falta de alguien ¡tan importante en su vida, como es su madre! Todos estábamos arropándolo, para que no echara en falta nada, todo nuestro cariño y nuestros mejores deseos para que sea ¡¡muy feliz!! En su nueva andadura.
La ceremonia, emotiva, el convite ¡¡fabuloso! Mi cuñado (el padrino) no escatimo nada para que ese día fuera inolvidable. Se, que mi querida hermana, desde el Lucero del Alba, estaba observando todo, y se habrá sentido la ¡¡madre mas feliz del mundo!!
Después, nos marchamos a descansar en el mismo hotel donde se celebro el banquete.
Al día siguiente, esta veleta, tomo de nuevo el camino de regreso a su casa; Pero esta vez, la campiña no estaba florecida, solo pude ver los charcos de la reciente lluvia, y el verdor de mis encinas queridas…Me faltaban mis gruyas, y mis cigüeñas, pero mi tierra me pareció bella ¡como siempre! Espero que esta “vieja” veleta, pueda disfrutar la próxima primavera de esa campiña adorada…y deleitarse con su colorido inigualable.
