JUEVES SANTO
Llegando la hora nona, el cielo se ennegreció, y la lluvia torrencial caía sobre la tierra.
Seguramente, lo hacia para limpiar la sangre que la empapaba, la sangre ¡de un inocente!
Un relámpago rompió el cielo Andaluz, iluminando la negra oscuridad, que lo cubría, y encogiendo el corazón de los cofrades, que han esperado un año entero para poner en la calle los pasos y tronos, con lo que conmemoramos la muerte de Jesús, en esta tierra de María Santísima donde tiene el privilegio de vivir, esta Extremeña enamorada de Málaga.
Siento una extraña sensación, no se si es pena o nostalgia, por no poder ver en las calles, los tronos imponentes de las cofradías que hoy tenían que salir a hacer su estación de penitencia; Pero ya sabemos que la naturaleza es como es, y estamos en Abril… Ya se sabe ¡aguas mil!
Mi corazón esta tan triste como la de todos los malagueños que soñaban con unas procesiones que son el sentir de todo un pueblo, que a la vez, es capaz de cantar y llorar de emoción, ante la presencia de las imágenes que con tanto mimo y cariño, sacan los hombres de trono, por las calles de su ciudad.
Solo nos queda rezar, y esperar, que el Dios de la lluvia, nos de una pequeña tregua, y podamos el Viernes Santo ver desfilar el Santo Sepulcro la Piedad y sobre todo, la que cierra la Semana de pasión La Servita; Una virgen pequeña y sencilla, pero con una belleza dolorosa, que todo el que la mira, queda prendida en su mirada serena. Tan importante es, que cuando ella pasa, ¡hasta las luces de las calles se rinden ante su belleza, y se apagan para que la madre de Dios, pueda esconder su dolor.