---UN DIA DE CLASE—
Abrí los ojos, casi metida todavía mi cabeza en la almohada. Mire a la ventana, y un día plomizo se coló por ella, las nubes anunciaban lluvia, mucha lluvia, apenas tenia ganas de levantarme. De pronto recordé que era martes, día de clase de literatura, algo hermoso para mí. Por eso salte de la cama rápido, y me metí en la ducha.
El agua, caía mansamente sobre mi cuerpo, que agradecido, no quería salir de ella. ¡Cuánto me gusto, esa caricia mañanera!
Me enfunde en unos pantalones de abrigo (pues hacia frío) Un jersey de lana, y me calce las botas, ¡ya estaba preparada! Me tome el desayuno reglamentario, y saque el coche del garaje, y despacio me fui camino del pueblo, donde esta el taller de literatura.
Cuando llegue, parecía que el Dios de la lluvia había decidido descargar toda su pena, en ese lugar. Saque el paraguas del maletero, y camine asta el centro de mayores donde ya algunos compañeros, estaban sentados alrededor de la mesa. ¡Ah! Por fin, he llegado dije, con este día de perros…Pensé que nadie iba a venir. Así que, fue una gran satisfacción ver que me equivoqué.
Parecerá una tontería, pero esta clase para mi, es como una escapada al mundo que me gusta, y una forma de realizar un viejo sueño que siempre he tenido. ¡¡Ser aprendiz de poeta!! También se, que nunca llegare a serlo, pero ¿Qué importa? ¡¡¡Si yo, esas dos horas soy la mujer mas feliz del mundo!!!
