Saturday, June 18, 2011

EL PASADO ¡¡SIEMPRE VUELVE!!!


EL PASADO ¡SIEMPRE VUELVE!

Una amiga muy querida, publico en un foro que (suelo visitar), una historia real de su juventud.

Y al leerla, vinieron a mi mente también esos viejos y casi olvidados recuerdos, de mi época joven.

Tenía escasamente los 16 añitos, esos que nunca vuelven…Y con sueños maravillosos por cumplir, pues a esa edad, ¿Quién no sueña despierta?

Tenia por entonces, unas amigas que como yo, nos gustaban los toros, pero mas ¡los toreros! Todos los sábados, nos pasábamos por el Sanatorio de Toreros para visitar a los maletillas que allí estaban heridos por los toros.

Un día, coincidí con un “maletilla” guapo de verdad, los dos quedamos prendados uno del otro, y entablamos una relación de novios (si se puede llamar así) Él me contaba sus sueños, yo le acompañaba siempre, y como buen maletilla, llevaba una capillita con todas las vírgenes y santos de su devoción que yo le había echo. A su vez, él me pinto a carboncillo un cuadro que se suponía era la casa de campo que íbamos a tener en un futuro.

La casa tenía una gran chimenea, y a los lados un sillón para cada uno (según él, para cuando fuéramos viejos) ¡¡Todo un detalle!! Yo, cada día estaba mas ilusionada con esa relación, hasta que llego la hora de la verdad, y tenia según su apoderado, tomar un camino solamente. ¡¡Y como era natural, eligió el de los toros!! Yo tenía que desaparecer de su vida si quería llegar a ser figura del toreo.

Él, se marcho de mi vida sin mirar atrás; Yo me quede con el alma rota, y los sueños de gloria terminaron para mi.

Paso el tiempo, y curo mis heridas, y un nuevo amor llego ha mi ventana en unos ojos que una tarde de primavera, se cruzaron en mi camino.

Forme una familia, y jamás me volví a acordar de ese intrépido “maletilla” que me dejó por ser torero.

Pasado mas de 40 años, una mañana soleada, sonó el teléfono, y una de mis hijas dijo…¡¡Mamá, preguntan por ti!! Conteste a quien llamaba, y cual no seria mi sorpresa, al escuchar la voz que me decía…Soy Chito, tu maletilla; No podía dar crédito a lo que escuchaba, ¡el amor de mi juventud, volvía a mi vida!! Solo que demasiado tarde: Había conseguido ¡no se donde! mi dirección, y savia todo de mi vida…¡Lo que no savia, era que su amor se murió esa tarde que él, decidió ser torero!

No quise encontrarme con el para tomar ni un café, le deje claro muy claro; ¡¡Que yo tenia mi propia vida, y mi propia familia!! y que para mi eran lo mas importante.

Pero quiero deciros, que por un momento, ¡solo por un momento! Volví al pasado.